La computación en la niebla es un modelo que extiende los servicios de la nube al borde de la red, acercando el procesamiento a los dispositivos que generan los datos. Esto mejora la latencia y reduce el tráfico hacia servidores centrales.
Es ideal para aplicaciones que necesitan respuestas en tiempo real, como autos autónomos, sensores industriales, salud digital e IoT.